Si me pongo a plantear la situación me sale a punto, sale perfecto, imagino cada detalle, lo edito, lo perfecciono, y dejo volar la imaginación; pero a la hora de reaccionar siento miedo, no sé que decir ni como comportarme. Pero llegará el día, en el que no tenga que pensar que contestar porque la respuesta saldrá sola, que no tenga que plantear ni un solo momento más, porque lo estaré viviendo.
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