
Siempre supe que vas, a 10 mil piés sobre mi.
viernes, 27 de enero de 2012
Me lleva al infinito.
Por mi parte, intentaré poner un poco más de miradas profundas ,ojos del color de un gato adormecido, caricias en el hueco de tu omóplato, propuestas indecentes y besos fugaces, tres minutos antes de que suene el despertador. Lunas llenas para alumbrar tu cara, silencios incómodos, unos brazos en los que perderte un día de estos, clases prácticas de anatomía avanzada, melena al viento corriendo por cualquier sitio cercano, recortes de convicciones echas de besos en bares, las doce de la noche entre tus sábanas. Celos infundados en razones penosas, apuntar directa al corazón, ser vulnerable de cualquiera de las doce maneras que desees, amor embotellado bajo la marca de un "eres un cabrón, pero eres mío", cantidades innumerables de malos entendidos y hasta luegos. Un céntimo por cada pensamiento conmigo, un amor tan fugaz y pasajero como devastador. A cambio, solo te pido que me mires cada mañana como si pudieras desnudarme el alma, que te fundas conmigo en cualquier foto revelada. Nada de castigos en silencio con mis besos atormentando tus pocas neuronas, cada segundo que pases en tu mundo, que es un poco mío también. Mañanas encerrada en tu cuarto bajo llave, y tirar esa llave lejos, muy lejos de nosotros dos. Canciones escritas para mi, ser la musa de los sueños que frecuentes, enamorarnos mientras el mundo se desmorona, tocarme hasta encenderme todas las luces de mi cuerpo, hacer que estallen los fuegos artificiales en mi órgano vital. Susúrrarme que París, jamás se irá sin nosotros.
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